Desconfiar es ser sumiso al sistema tirano que nos domina desde el inconsciente.
DEJAR CON EL CULO AL AIRE A LA DESCONFIANZA:
La desconfianza es el lenguaje de comunicación que utilizan los amos necesitados de esclavos.
Dedicado a todas las personas que han desconfiado en mí y que han querido manipularme, dominarme, juzgarme y controlarme a través de la desconfianza. He transformado esa energía en palabras. Llevo unos cuantos años escribiéndolo, muy poco a poco, saboreando este momento maravilloso porque quería atravesar el desarrollo de este tema como un proceso personal. Ahora llegó la hora de sacarlo a la luz. Estoy en vuelo desde chile a España en mi último trayecto de la gira de 6 meses más extensa que he hecho en mi vida, más de 30 vuelos internacionales realizados, mi pasaporte se quedó sin lugar para sellos migratorios, y en este último viaje de junio de 2019 decidí acabar este artículo para entregarlo a las personas que van a asistir al módulo 3 del programa de formación en gestión de apoyo y acompañamiento en procesos de evolución interior de la Escuela Consciente. No vengas a estos ciclos formativos que voy a hacer en julio y agosto sin haber leído esto por favor; incluso creo que si lo lees ya no será necesario que vengas. Ahorrarás tiempo y dinero.
DESCONFIAR ES HACER FICTICIAMENTE POSIBLE LO IMPOSIBLE
Lo que es realmente imposible para cualquier ser vivo es desconfiar; de hecho, que plantas y animales existen y sobreviven gracias a que confían, el día que dejen de confiar se mueren de miedo. Pero las especies vivas no han hecho ningún proceso de evolución interior para confiar porque la confianza es su esencia; es lo que traen y lo que les guía, incluso los bebes humanos cuando nacen están poseídos por esa energía de la confianza, es el producto más exquisito de la evolución cósmica. Todo en la existencia confía. La confianza guía la expansión. La materia, la vida y la evolución es pura confianza encarnada. Pero nuestra especie es experta en desconfiar. El ser humano se está extinguiendo a raíz de su desconfianza, es lo que nos ha llevado a la acumulación, a la miseria, a las armas, a la guerra, a la ruina, a la tragedia.
DESCONFIAR ES CONTROLAR, CONFIAR ES FLUIR.
Si consideramos que desconfiar y controlar es algo negativo que nos perjudica o hace sufrir, sería lógico pensar que la fluidez que nos da la confianza es algo positivo y favorable para nuestro desarrollo personal. De hecho, que la confianza es un valor altamente respetable dentro de la espiritualidad. Pero por más elogios o buena prensa que tenga la confianza en el mundo de la trascendencia, y por más que nos asegure una vida dichosa, no podemos buscarla o abordarla directamente, sino que debemos dirigirnos a su contrario, al destronamiento de su opuesto.
Expertos en el estudio de regímenes totalitarios y de tiranos que han asesinado y oprimido a millones de personas, aseguran que, para poder recuperar la paz, la justicia y la armonía en cualquier país primero hay que intervenir y desarmar esas maléficas estructuras instauradas por tiranos, pero antes de derrocarles hay que comprender los complejos mecanismos del mal, su esencia y cómo funciona el entramado interno de la maldad humana. De igual manera debemos adentrarnos en las raíces de la tan destructiva desconfianza para que se pueda recuperar el estado natural de confiar, y recuperar la inocencia.
La desconfianza es un sistema que evita que se manifieste la confianza. Es el dispositivo que usa el inconsciente para dominar, es su representante en la vida de cada persona. En este sentido la desconfianza es el criterio desde el cual se toman casi todas las decisiones desde ese sistema creado por todo lo reprimido.
LA DESCONFIANZA Y LA IDENTIFICACIÓN, SOCIAS EN LA META DE LIMITAR.
Cuando desconfiamos nos tenemos que aferrar a formas fijas e inamovibles para no perder el control. La necesidad de sentirnos seguros, estables, cómodos y confortables está relacionado con vivir en lo conocido (el lugar a donde conviven amos y esclavos), y para ello hay que anular todo tipo de movimientos que puedan alterar el orden, evitando desacomodar lo establecido y esforzándonos por no desequilibrar lo que tanto tiempo nos ha costado calibrar. Llegar a que la mentira tenga apariencia de verdad es el resultado de un gran trabajo hecho por la desconfianza, que siempre acaba convirtiéndose en autoengaño.
Lo definido es controlable, por tanto, debe prevalecer y mantenerse en pie con cierto equilibrio, siendo identificable en todo momento, porque así se puede prever y por tanto se puede dominar.
La vida humana se ha convertido en algo frío, rígido, estático, predecible y manipulable. Por esta razón la pregunta que se formulan la mayoría de los buscadores espirituales es: ¿Quién soy yo? Están queriendo saber en qué se han convertido porque se han olvidado completamente de lo que son. Sin darse cuenta, cuando se hacen esa pregunta caen en la trampa de intentar definirse a sí mismos tratando de ubicarse en el espacio y olvidándose del factor tiempo que es quien otorga la variable de lo que puede llegar a ser.
Querer saber es desconfiar, querer saber quién eres solamente te permitirá localizarte en el plano de la mentira, y por tanto anulará la posibilidad del movimiento, la fluidez y la dinámica del proceso hacia el florecimiento de la potencialidad. Si te localizas en el autoengaño de tus creencias quedas atrapado en una cárcel de autoconocimiento limitado.
La limitación impuesta en nuestro psiquismo quiere conservar el poder de limitar, ese es su objetivo, y como lo más fijo, estático, rígido y sobreprotegido es la identidad (la creencia de lo que somos) todo se ha organizado y planificado para que eso no sea tocado ni alterado, en tal caso puede ser refinado y fortalecido. Los mecanismos de defensa y las resistencias están a la orden de día para cumplir su misión de que todo siga siendo igual con lo que es y lo que hay. Lo que crees ser es algo intocable. La desconfianza se ocupará de proteger en todo momento tus identificaciones, y cuando estas sean descubiertas o atacadas se activará con mayor poderío.
Cuando nos centramos en lo que creemos ser quedamos atrapados en la limitación del control; la misión del control es no permitir el fluir de la energía que lo transforma todo. Control y desconfianza son dos caras de la misma moneda del miedo a cambiar. Mientras que cuando nos centramos en la perspectiva que nos ofrece el futuro y lo que podemos llegar a ser, nos liberamos del miedo a dejar de ser una cosa muerta, definida y limitada para iniciar un proceso de transformación constante, que en la Escuela Consciente llamamos proceso de Evolución Interior.
PREPARADOS PARA TRATAR LO IMPOSIBLE
Para abordar el tema de la CONFIANZA hay que saber de antemano que nos dirigimos hacia el FLUIR. Es decir que emprendemos un viaje hacia la liberación de la tiranía del control y la desconfianza, para permitir que ocurran movimientos imprevistos guiados por la sabiduría de nuestra alma, lo que naturalmente nos llevará hacia la frontera donde comienza lo desconocido y dejarnos listos ante la llegada del misterio.
Estamos hablando de arrojarnos al rio caudaloso e imprevisible de la vida sin saber y sin poner resistencias, entregados a todo lo que tenga que ocurrir y predispuestos a disfrutar de la experiencia que aportará por primera vez el sentido a nuestra vida.
Pero para el ego es imposible confiar, los personajes que habitan en nuestra mente sólo conocen el lenguaje de la desconfianza. Si el ego confía pierde todo el control. Cuanto más penetramos en la comprensión de la desconfianza más comenzamos a vislumbrar el éxtasis que produce la confianza, porque confiar pertenece a la existencia infinita, es una experiencia que ni tuvimos ni conocemos desde que nos olvidamos de lo que somos. El poder de la confianza está escondido en los secretos bien guardados de la desconfianza, por ello propongo seguir profundizando en lo que es y supone desconfiar, es un camino inevitable hacia la confianza.
No puedo hablar de como alcanzar la confianza, es algo que sólo se puede experimentar, disfrutar y contemplar. No se puede hablar del verbo CONFIAR con el fin de hacer algo para que eso ocurra, puedo hablar de lo que es la confianza para que se pueda comprender como funciona y porqué es una experiencia imposible te tener desde el control. Pasa lo mismo con PERDONAR y con el PERDÓN. Si el perdón es la comprensión de que no hay nada que perdonar, entonces perdonar no es algo que se pueda hacer. De igual modo ocurre con CONFIAR y la CONFIANZA, si confiar es una experiencia que surge de la comprensión de que no se puede hacer nada para que llegue lo que queremos, entonces la confianza es un estado de inmovilidad que impide hacer nada, pero pone en funcionamiento todo lo necesario para que ocurra todo lo que nos llenará de satisfacción, sorpresas y felicidad. Porque confiar es vivir en la dignidad de la compasión, mientras que desconfiar es estar muriendo en manos de la perversión.
No se puede abordar la confianza como si fuera una meta a alcanzar porque jamás llegarás a ella, la mente no puede ni quiere confiar; no se puede hablar de como confiar porque si haces algo para conseguirlo entonces ya no confías en que te llegue; no se puede describir algo que solo se puede experimentar porque al imaginarlo se convierte en deseo, y todo lo que se desea produce desconfianza, porque al desearlo nos organizamos y ponemos en marcha para hacer algo que nos permita conseguirlo, dejando de lado la posibilidad de que la vida nos lo envíe por el mero hecho de que nos lo merecemos.
¿Entonces que podemos hacer para abordar el tema de la confianza? ¡Nada! sólo abrirnos a que nos visite, que nos llegue desde la gracia divina. Por lo pronto te invito a profundizar un poco más en las múltiples caras de la desconfianza.
MIL MANERAS DE DESCONFIAR
La desconfianza tiene muchas maneras de manifestarse, se puede apreciar en las expresiones o pensamientos que tenemos ante diferentes situaciones de la vida cotidiana.
Estas afirmaciones que voy a enunciar pueden hacerse hacia adentro (a uno mismo) o hacia afuera (hacia los otros), son expresiones que denotan la presencia de rastros o trazas de desconfianza:
“Nadie me ama” “No soy necesario” “Lo hago todo mal” “No valgo lo suficiente” “No hay solución” “Nadie me comprende” “Las cosas son como son y no hay arreglo” “Nunca lo conseguiré” “El destino ya está determinado” “Todo es mentira” “No soy importante para nadie” “Nadie confía en mi” “Hay gente que no puede cambiar nunca” “Ya no tengo ilusión” “No hay esperanza” “No lo voy a intentar más” “No debo entregarme ni rendirme” “Debo seguir luchando” “Nadie me apoya en lo que quiero hacer” “Debo estar encima de todo para que nada se descontrole” “Si no controlo no se hace lo que se debe”
La vida esta plagada de desconfianza y de consecuencias producidas por ella. Es lo que constituye la estructura desde donde emprendemos cada cosa que hacemos, incluso buscar la iluminación o la sanación.
El buscador no sabe que lo que rige su vida es la desconfianza, en realidad no sabe todavía que el buscador es la desconfianza, por tanto la desconfianza está viviendo la vida a través de él.
Si ese buscador no se rinde, se fortalecerá desde ese fondo de desconfianza, y esa desconfianza de fondo es el alma de todos los personajes que surjan.
Cuando el buscador se rinde, deja de buscar y se dedica a auto desprogramarse, permite que ocurra el caos, la confusión, entonces se comienza a desarmar la estructura de la desconfianza, y cuando la estructura tambalea no puede sostener las decisiones que toma ya que toda decisión tiene mucho peso y necesita una estructura solida que la sostenga en el tiempo hasta que esta sea realizada.
La desconfianza no tiene ningún poder sobre la confianza, solo tiene falso poder sobre las personas que han perdido la conexión con su propia confianza en sí mismos.
NACIMIENTO Y MUERTE DE LA DESCONFIANZA
La desconfianza no es algo natural, es una creación accidental, aunque lógica y explicable en términos mentales y del condicionamiento que necesita protegerse y tener todo controlado.
La dualidad ha sido la base para que se produzca la desconfianza, en la unidad no puede haber desconfianza; si hubiera solo uno no hay nada de qué desconfiar, pero si hay dos entonces surge el conflicto, ambos desconfían del otro para poder sobrevivir. En este sentido podríamos afirmar que la desconfianza es un subproducto de la supervivencia, ya que permite a un ser vivo que tiene consciencia de sí mismo cuidarse y protegerse de otro. Mientras que esa consciencia (limitada) esté enfocada en la supervivencia instintiva y no se despierte a la potencialidad, ese ser vivo no podrá confiar de manera consciente. Una consciencia limitada o dormida solo puede tener miedo y desconfiar. Mientras que una consciencia ilimitada y despierta solo puede tener coraje y confiar.
La desconfianza tiene muchos artilugios, ella trata de que confiemos en factores externos a nosotros mismos, porque de esta manera se garantiza que habrá decepción, abuso, traición, defraudación o estafa. Eso es lo que le interesa a la desconfianza, retroalimentarse de las experiencias vividas y de las conclusiones que se sacan para seguir confirmando que si no se desconfía seguirá ocurriendo lo mismo. Pero es un programa que produce el efecto contrario, cuanto más se desconfía más inseguridad hay, más duda, más miedo y más lejanía con todo, por tanto mayor grado de desconfianza.
Cuando desconfiamos agredimos, maltratamos, proyectamos, humillamos, abusamos, y traicionamos la misma naturaleza espiritual de nuestra esencia. La desconfianza es la base de todos los traumas y constituye el programa a desprogramar, y cuando esto ocurre se abren espontaneas y de par en par las puertas del misterio, eso que esta listo a regresar al corazón humano, eso que lleva tanto tiempo aguardando a que recuperemos la memoria de la confianza que nos ha guiado por toda la existencia hasta llegar aquí ¿Quién podía traemos a una experiencia tan maravillosa como la vida si es la confianza? El amor es una consecuencia natural y posterior; la confianza nos hace entrar y el amor nos permite salir para compartir; la confianza nos trae a la vida y el amor nos lleva de regreso a través de la muerte. En ese momento en que morimos retornamos a la confianza, no hay manera de atravesar la línea entre la vida y la muerte sin confiar, pero no es preciso tener que morir físicamente para volver a la confianza.
Pero esto es algo que vamos a profundizar en presencia, en el modulo 3 de la Escuela Consciente, en el que voy a hacer algo supuestamente imposible, transmitir el aroma de la confianza. Quizá al sentirlo y dejar que te llegue a lo más profundo de tu corazón te inspire a tomar la decisión de dejar de desconfiar. Entonces te llegará eso que tanto anhelas. Cuando fluye la confianza se acaba el camino. No hay ningún lugar adonde ir más que estar a gusto con uno mismo. Podrás sentirla en tu corazón como una bomba de alegría y gratitud porque confiar no es una acción, un sentimiento ni una actitud, sino un milagro; cuando te llega, no hay nada más que hacer, sino solo SER.
Alberto José Varela
La inexplicable experiencia de confiar desarrollada en clave poética por Alberto José Varela en el módulo 3 de la Escuela Consciente.
(Puedes asistir, aunque no hayas hecho los módulos anteriores)
TODOS LOS RETIROS SON DE LUNES A MIÉRCOLES
Milán – Italia 15-17 Julio
Barcelona – España 22-25 Julio
Marbella – España 19-21 Agosto
Colonia – Uruguay 26 – 28 Agosto
MILAN: Alessia [email protected]
MADRID: Carmen [email protected]
BARCELONA: Paula [email protected]
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