EXPANDIR EL SER A TRAVÉS DE LA ENTREGA.
Viajar hacia toda la existencia a través de la confianza, entrar en todas las cosas y personas a través del amor.
DEDICADO A LAURA TORRABADELLA. En general las mujeres me inspiran tremendamente a escribir, Laura es una de las personas que más me estruje la consciencia cuando tiene alguna duda, cuando quiere indagar en algo se vuelve el ser más incisivo y punzante que conozco; eso demuestra que la supuesta superficialidad que manejan operativamente muchas personas por el hecho de tener que realizar múltiples tareas, esconde un tremendo potencial relacionado con la excavación hacia las raíces y los orígenes de las cosas. Este artículo puede demostrar la posibilidad que tenemos de profundizar.
Todo aquello que lleguemos a ser, debemos serlo por dentro y por fuera, de manera completa, integra y total. Una persona superficial debe serlo por fuera y por dentro para serlo de verdad. El funcionamiento de la superficialidad se diferencia en las dos dimensiones donde se manifiesta: El yo (por fuera) y el Ser (por dentro), son dos partes de lo externo, y que están especialmente diseñadas para interactuar y comunicarse entre si, creando una apariencia más o menos traslucida que las separa, un fino velo que divide dos naturalezas muy diferentes.
El yo funciona como coraza protectora; lo valioso que está adentro necesita una caja fuerte que lo proteja, el camuflaje es muy útil para el auténtico poder que habita en un ser humano; por ello, la potencialidad debe estar cubierta por una doble capa de ilusión. Esa doble capa de superficial yo-Ser encubre un potencial de profundidad, me refiero a que el anhelo más poderoso de su alma es el buceo, la exploración de lo que parece inaccesible. En la profundidad, que está más allá del Ser, está el no-ser, que es vacío absoluto, el silencio y la soledad en estado de observación, es el ámbito de la consciencia. Desde ese espacio trascendente podemos entrar a indagar cómo funciona el yo y el Ser en intimo vínculo con el amor y la confianza, porque de ahí obtendremos las pistas que nos lleven a la ENTREGA.
ZANBULLÁMONOS:
El Ser y el yo tienen puntos en común que están íntimamente relacionados con la potencialidad. El Ser es interno, el yo es externo, más allá de ambos está la potencialidad, y más allá de la potencialidad está el poder. El yo es la casa ilusoria del Ser, el yo contiene al Ser, lo protege, pero también compite y emula ciertas cualidades de lo interno, incluso trata de mostrar hacia afuera lo que hay adentro, pero no permite que eso interno salga porque perdería todo el protagonismo.
En lo superficial hay algo de eso que está adentro, un leve rastro, pero de manera liviana, light, diluida, que sirve para funcionar de manera operativa e interactuar con el entorno. Por eso el yo no quiere perder el falso poder de ostentar las insignias de lo esencial, porque sería su muerte súbita. El yo necesita existir como si fuera el dueño, lo único, el principio y el fin. Y desde ahí somete al Ser.
En el fondo el yo y el Ser están unidos y guiados por el amor, como todo lo está, pero el yo desconfía del Ser, es decir que es posible amar y desconfiar a la vez, esto le ocurre a mucha gente. Pero no se puede confiar y no amar. Es la diferencia entre lo interno y lo externo, entre el poder del Ser y el falso poder del yo. Cuando el Ser confía lo atraviesa todo, pero para poder expresar esa confianza devastadora que explota desde adentro es preciso que el yo se disuelva a través del amor, entonces se abre la puerta para que ocurra la entrega.
En este sentido considero que el amor es la gran trampa para la apertura del yo, porque necesita ser aceptado, querido, comprendido, admirado, entonces el yo adquiere una máscara de amorosidad y cercanía para manipular y atrapar la atención de los otros, pero el yo no puede amar incondicionalmente porque siempre pondrá condiciones que le protegen y defienden. No amar es conservar la integridad del yo, mientras que no confiar es impedir que se exprese el Ser.
Podría arriesgarme a afirmar que el yo “necesita” amar mientras que el Ser necesita confiar. El poder del yo muere al amar y el poder del Ser revive al confiar. En realidad, la palabra adecuada no es NECESIDAD, pero debo usarla para que se comprenda que tanto el yo como el Ser operan como si fueran energías con personalidad propia. Es como decir que la experiencia que ocurre adentro es la confianza y la que ocurre afuera es el amor. Si el yo ama se disuelve y permite que la confianza salga desde el interior. Si el Ser confía el yo se aparta, porque no puede contener semejante energía expansiva, por tanto, también se disuelve, o más bien explota cuando sale la confianza hacia afuera.
Dicho desde otra óptica, la confianza se dirige hacia adentro porque necesita desarrollarse en un ámbito íntimo y privado, cuando llega a lo profundo se convierte en amor. Mientras que el amor se dirige hacia afuera porque su desarrollo necesita espacio y libertad para expandirse. El amor es confianza instalada en lo profundo como un motor de tremendo poder creativo, y la confianza es amor saliendo disparado hacia afuera creando múltiples maneras de florecimiento. Son la misma cosa en diferentes direcciones. Que van y vienen nutriendo al alma de la experiencia maravillosa de existir.
En los procesos de sanación o superación personal podemos apreciar que hay personas que tienen dificultad relacionadas con la entrada o con la salida, dicho de otra forma, con el recibir o con el dar. Tener dificultad con dar o recibir es sólo un síntoma, en el fondo hay causas profundas. Una de esas raíces que pueden ayudarte a comprender esta compleja situación, que casi todos vivimos y sufrimos, está relacionada con la avería de la válvula que regula la entrada y la salida, de todo, pero en esencia del amor y la confianza.
Si hay dificultad con la salida o el dar es porque todavía no ha entrado la confianza, si hay problema con la entrada o recibir es porque todavía no ha salido el amor.Dicho de otra forma, los que no quieren o pueden recibir es porque aún no conocen el amor, y los que todavía no pueden salir o dar es porque aún no conocen la confianza. La mayoría estamos afectados por ambas limitaciones porque la válvula no funciona bien, se ha averiado mediante el proceso de percepciones que hemos tenido de niños.
Cuando un niño siente que confían en él le llega amor a su corazón, y cuando siente que le aman porque le aceptan y le miran con felicidad le llega confianza a su corazón. Pero, además de que haya una complementariedad entre ambos tipos de registros de amor y confianza, hay también un orden prioritario, que de ser alterado puede averiar esa válvula de la que hablo.
En principio podríamos afirmar que lo primero es el amor, es lo más importante que puede experimentar un ser humano, a tal punto que si todos los experimentáramos se acabarían todas las guerras del mundo. El «amor interrumpido» se refiere a eso, que en algún momento cuando somos apenas un bebé sentimos que ya no nos aman o que al llegar a la vida ya no sentimos el amor que sentíamos estando en el vientre materno. Además, en los años sucesivos, hay una distorsión en lo que es el amor y la manera compatible de expresarlo. Cuidar, sobreproteger, comprar cosas, etc. no es amar. allí nace la idea distorsionada del amor. Por eso es que el problema central está en la ausencia de amor auténtico desde que nacemos. Los padres juran que aman, y puede que sea así, pero los hijos no lo perciben de la manera que necesitan, entonces es como si no lo hubieran amado.
La confianza es una impronta inconfundible; cuando se confía no hay manera de que se perciba otra cosa porque la confianza es interna, no se dirige hacia afuera, sino que desde afuera se puede sentir cuando está dirigida a uno mismo. Es penetrante que alguien confíe en ti, te atraviesa el corazón. Crea un registro profundo, eso es lo que llamo la primera huella de amor, cuando confían en ti. Pero si alguien te ama nunca se sabe si es amor auténtico, esto se debe a que por lo general el que ama es el yo, o vaya saber quién es: ¿El interés? ¿El deseo sexual? ¿Las expectativas? ¿La necesidad de ser amado? El amor adquiere muchas formas porque está prostituido y se adapta a lo que fuera necesario con tal de conseguir lo que el yo quiere. Mientras que la confianza es inconfundible, hacer una copia falsa es casi imposible, porque no hay yo que pueda confiar ni siquiera por ningún beneficio a cambio. Es posible emular el amor, pero no la confianza. Por eso afirmo que si confiamos en nuestros hijos les estaremos ofreciendo además de confianza la experiencia genuina del amor.
El amor es la experiencia más elevada dentro del falso poder. Sí lo atraviesas, al cruzar la frontera del amor puede surgir la confianza, entonces ya no estás bajo la ley de la necesidad del amor, sino bajo la ley del poder, ya que el amor se ha transformado en otra cosa. Hasta el mismo momento en que el amor va a salir a manifestarse es un sistema de interconexión y conectividad inconsciente, pero cuando sale a través de un yo que en el proceso pierde el poder, comienza a transmutarse en confianza.
A partir de ese momento es la confianza se hace cargo de todo, ya que la confianza es una transformación del amor, mientras que el amor es confianza transformada hacia afuera. Para mí el secreto es que primero está la salida y luego la entrada. Es decir, primero amas, luego confías. ES EL GRAN SECRETO DE LA ENTREGA: me abro al amor a otro y que el otro me ame, y luego surgirá inevitable la confianza en el núcleo de mi Ser. Sólo el amor puede darnos lo que en el origen no pudo ser confianza, y sólo la confianza puede devolvernos el amor que no hemos podido experimentar.
Yendo a la práctica, y me refiero en muchos casos que conozco, cuando amas sin saber lo que es el amor (cosa lógica por cierto) lo que amas es una manera determinada que tienen de amarte, no amas a quien te ama, amas la manera de amarte. Esa manera de amar con la que nos estamos abriendo al amor es la CONFIANZA.
Alberto José Varela